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LA CULPA FUE DE LA PARÁFRASIS

Juliette Morillot: Las orquídeas rojas de Shangai

Las orquídeas rojas de Shangai

Las orquídeas rojas de Shangai Bien, por fin una pequeña reseña acerca del libro.

El libro en cuestión trata acerca de la vida de Sangmi, una muchacha coreana que es raptada (en realidad engañada para ir trabajar), por los japoneses en los años de la ocupación japonesa en Manchuria y toda su campaña asiática. En realidad, el trabajo para el que es destinada, es el de servir como "mujer de consuelo" para las tropas japonesas, dícese de prostituta o "esclava sexual" que trabaja ofreciendo su cuerpo todo el día en una especie de prostíbulo cutre, a los soldados japoneses para aliviarles sus tensiones sexuales o violentas durante estos años de guerra. En realidad, no sólo era un coito simple, muchas veces se propagaban con ellas y les hacían víctimas de su tensión y crueldad, llegando a abusar de ellas a veces de la manera más cruel.

La historia es relatada por una francesa, Juliette Morillot, que viajó a Corea y conoció a la protagonista del libro, que le contó su historia. Tan motivada se quedó, que decidió escribir esta novela biográfica, como grito de lucha para aquellas mujeres víctimas de la esclavitud sexual en cualquier parte del mundo.

La novela da muchos vuelcos desde que Sangmi es raptada, hasta el final. No sólo es un análisis de este fenómeno. También nos describe mucho el Japón y la Manchuria de aquella época, movimientos anti-japoneses, el sentimiento del pueblo coreano, hay amor, amistad, emociones, e incluso pasa por diversos hechos auténticamente históricos como la Unidad 731 (unidad de investigación biológica japonesa para explorar nuevas armas para utilizar en la guerra, basándose en experimentos crueles e inhumanos con otras razas de Asia como chinos, coreanos o rusos), o incluso la bomba atómica en Hiroshima.

Hay personajes en el libro que pueden hacerse entrañables, y otros que puedes llegar a odiar terriblemente. Algunos irán apareciendo en la vida de Sangmi intermitentemente. Aunque la autora coloca un colofón final de odio hacia los japoneses, aparecen por ejemplo dos posturas opuestas de japoneses en su vida. Por un lado, por ejemplo, el teniente Fujiwara, prototipo del japonés cruel, malvado, abusador, que sin embargo bajo una capa de protocolo y de buena educación, consigue sacar la mayor sangre fría de sí mismo, y no parará de perseguir a Sangmi hasta recordarle que su puesto es el de prostituta sexual. Por otra parte, tenemos al profesor de inglés y protector de Sangmi, Nagata-sensei, que forma parte del Kempei-tai (unidad japonesa de espionaje). Se nos presenta como el prototipo de japonés enclenque, tímido, introvertido, dulce, que aún así esconde un sentido del honor tremendo por su patria que tiene que cumplir a toda costa. Con Nagata-sensei, Sangmi vivirá una relación que no es amor, pero tampoco es "no amor". Digamos que es una relación basada en la mutua compasión y en cariño (y yo añadiría que también en el sexo).

No sólo es con Nagata sensei con quien Sangmi llega a mantener una relación. Además, tenemos una relación breve pero intensa con un chico, y otra relación lésbica de profundo amor con Oki, la geisha de su odiado Fujiwara.

OPINIONES PERSONALES: A pesar de tener un contenido tan crudo, la novela no deja de ser emocionante y provista de una fina sensibilidad que lo cubre todo. Puede llegar a ser tremendamente cruda en ocasiones, pero también tremendamente romántica. No sólo es un análisis sobre la esclavitud sexual a la que fueron sometidas las coreanas por los japoneses, sino también una historia sobre la ocupación japonesa en Asia. Es por ello entre otras cosas por lo que quise leerlo.

Sinceramente, para la gente que no sea amante de Japón como yo, los japoneses aparezcan como lo peor de lo peor y lo más malvado del mundo. Y sí, la verdad es que la raza japonesa tiene un punto de crueldad y maquiavelismo tremendo. Aún se buscan las razones que llevaron al pueblo japonés a ser tan horriblemente cruel en aquella ocupación. Se achaca mucho a que estaban hastiados de todo, a que sabían que iban a morir y por ello lo hacían, a sentirse víctimas de una guerra en la que todo lo iban a perder y por ello también lo hacían sentir a su paso a los demás (como ejemplo, los kamikazes). Lo cierto es que, para la gente no pro-japonesa, el libro puede hacerles sentir a los japoneses como auténticos diablos y saqueadores de toda Asia. Sí, puede ser verdad, pero la verdad nunca es verdadera y todos poseemos un trozo de ella.

Yo ya estaba preparada para espantos, había leído mucho sobre el tema, y sabía acerca de este sistema. Ahora os pondré algunas links para que veáis que ciertamente existió de verdad.

MI PERSONAJE FAVORITO: Nagata-sensei. Como personaje del libro, y como hombre de acuerdo a la época, lo veo uno de los más creíbles y entrañables. Un ordinario profesor de inglés que se une al Kempei-tai, pero que reconoce después que los japoneses tienen perdida la batalla y que el sueño japonés de hacer suya Manchuria jamás se hará realidad. Personaje introvertido, cariñoso, no por ello menos cobarde y menos cruel quizás. Pero eso no aparece, sólo lo conocemos en su relación con Sangmi, como protector. Es como algunos japoneses que yo conozco: mentalidad de niño. El típico japonés un poco en su mundo, despistado, inteligente, pero lleno de cobardía. Sin embargo, al final no deja de reconocer a dónde ha ido a parar todo el proceso de ocupación y no deja de ser objetivo con las circunstancias. Me parece un personaje muy actual y al que le cogí mucho cariño.

Y no digo más vaya a destriparos ya el 100 % del libro, jajaja. Lo podéis encontrar en la Editorial Grijalbo. En la portada aparece media cara de mujer oriental, con una boca color carmín, uniendo las manos y entre ellas, orquídeas rojas. Típica imagen de sensualidad oriental.

Aquí os dejo algunos enlaces con información real sobre los sucesos históricos:

Sobre el Kempei-tai
Los comentarios de una mujer de consuelo
Más información sobre la situación, incluso hoy día